El delito de estar en peligro de extinción: se mantiene cadena perpetua para el orangután Sandai

Un reportaje sobre un animal no humano

Sandai, detrás del vidrio, mirando a las personas que están al frente suyo.

Sandai, detrás del vidrio, mirando a las personas que están al frente suyo.

Sandai es un orangután de Borneo de 29 años que ha pasado toda su vida en zoológicos. En 2014 llegó a Buin Zoo, desde el año siguiente diversas organizaciones animalistas han intentado trasladarlo a un Santuario de Grandes Primates en el extranjero. Para lograr este cometido, se llevó la causa al terreno judicial, de esa forma se le podría considerar como persona no humana con derechos constitucionales. Pero este no fue el caso. Cautiverio, extinción, inadmisibilidad y violación a los derechos son las constantes de este caso.

Sandai, detrás del vidrio, mirando a las personas.

Sandai, detrás del vidrio, mirando a las personas.

Sandai (29) es un orangután de Borneo (Pongo pygmaeus), nacido el 20 de agosto de 1993, que al igual que nosotros pertenece a la familia de primates hominoideos. Cuya especie se encuentra en peligro de extinción por la actividad humana. Entre las amenazas se encuentran los incendios, la caza, la industria del aceite de palma y la tala de árboles, por nombrar unas pocas. Aquello ha reducido de forma considerable el número poblacional y el hábitat de los orangutanes. Inclusive, ni las crías se pueden salvar de nuestras garras, puesto que son secuestradas y vendidas en el mercado negro.

Él es de los pocos orangutanes de Borneo puros genéticamente que van quedando con vida, pero lejos de ser mantenido en su hábitat por esta razón, fue condenado a vivir sus 29 años de vida en celdas concurridas, es decir, en zoológicos. Una realidad que podría cambiar en un futuro, pero solo si se cumple una condición: se le deben reconocer los derechos judicialmente. 

Nacido en estado de cautiverio, pudo convivir con sus padres, Tuan y Lotti, durante un par de días, ya que después fue arrancado de sus brazos y enseñanzas para comenzar su nueva vida en solitario. Su abuelo de nombre Maias, fue el único orangután de la familia en vivir en libertad, en su hábitat, pero fue secuestrado y puesto en exhibición en el zoológico de Colonia, Alemania. 

El 24 de agosto, tan solo cuatro días después de que naciera, se trasladó temporalmente a Sandai al Zoo Wilhelma de Stuttgart, Alemania. Este préstamo caducó en 1995, por lo que fue regresado al zoológico de Colonia, donde se mantuvo prisionero hasta cumplir diez años. En este sitio fue sujeto de prueba junto a otros orangutanes, con el fin de indagar en las relaciones sociales entre individuos de la misma especie cautivos en zoológicos.

A fines de julio de 2003, Sandai fue trasladado al zoológico de la Palmyre en Francia, donde permaneció alrededor de once años cautivo, y alejado del grupo de grandes primates utilizados como objetos de experimento. En este lugar intentaron que se reprodujera, pero tras años de intentos fallidos, la Asociación Europea de Zoológicos (EAZA) tomó la decisión de reubicarlo en el año 2014.

Así es como llegó el primer y único orangután privado de libertad a Latinoamérica, en específico, a Buin Zoo, ubicado en Chile, Región Metropolitana. La transacción se dio bajo el concepto de “producto” de un orangután de Borneo macho, cuyo valor CIF ascendió a USD $720,00, según se detalla en el recurso de amparo presentado por la Fundación Justicia Interespecie.

“Su traslado desde el zoológico de Francia a Chile nunca obedeció a una lógica de pensar en el bien de Sandai como individuo. Siempre fue visto como un producto”, afirma la miembro de la ONG Justicia Interespecie, Catalina Ibaceta. De hecho, en la actualidad figura como uno de los animales que se pueden apadrinar, con el fin de apoyar económicamente a Buin Zoo.

Catalina Ibaceta se expresa sobre el traslado del orangután Sandai a Chile desde un zoológico de Francia.

Línea de tiempo del cautiverio de Sandai

Sandai detrás de un vidrio mirando a las personas.

Sandai, encerrado en el Buin Zoo, mira las personas detrás del vidrio.

Sandai, encerrado en el Buin Zoo, mira las personas detrás del vidrio.

Sandai, detrás de las rejas de su habitáculo, sacando comida de un árbol.

Sandai, detrás de las rejas de su habitáculo, sacando comida de un árbol.

Cautiverio en territorio nacional

En la actualidad, Sandai se encuentra en Chile, específicamente en el parque zoológico Buin Zoo, en la comuna de Buin, Región Metropolitana. Sitio en el que ha permanecido encerrado durante los últimos ocho años, un largo periodo de tiempo que motivó a diversos activistas nacionales e internacionales a luchar por su liberación. Entre las fundaciones se encuentra Justicia Interespecie y Movala Chile, quienes están liderando la causa para que sea trasladado a un Santuario de Grandes Primates en el extranjero. 

Un año después de su llegada en 2014, las organizaciones animalistas buscaron que el orangután fuese enviado al Santuario de Grandes Primates de Sorocaba, ubicado en Brasil. En ese contexto se inició la campaña “Libertad para Sandai”. Además, cuentan con una petición en la plataforma change.org, donde exigen su liberación y traslado.

Respecto a su habitáculo en Chile, lejos de parecerse a la Isla de Borneo, mide 15 m2 y contiene en su interior un par de árboles grandes y algunos pilares para escalar, a pesar de que sea una especie arborícola. En el patio central, que es dónde Sandai deslumbra por ser quien es, brilla por la soledad del orangután. Está sólo él y nosotros, los humanos. 

De fondo suena música africana para hacer del sector un lugar más atractivo para los visitantes, a pesar de que el orangután de Borneo provenga del continente asiático. El volumen de la canción es alto, pero no es el único estímulo que Sandai debe enfrentar. Gritos, golpes en el vidrio, luces y animales desconocidos que deambulan todos los días a su alrededor. Esa es la rutina de prisión preventiva que posee sin haber cometido algún delito. 

“La primera vez que lo visité, no lo veía porque estaba escondido. Cubría su carita porque ya no quería más guerra. La gente pasaba sacándole fotos y tocándole el vidrio, a pesar de que hay un letrero que dice no tocar”, relata la directora del área de activismo y educación de la Fundación Justicia Interespecie, Soledad Robledo.

Soledad Robledo, directora del área de activismo y educación de la Fundación Justicia Interespecie, relata la primera vez que vio a Sandai en el Buin Zoo.

Durante la época de verano, meses donde la temperatura aumenta considerablemente, “Sandai parece tener derecho al uso del patio asignado al Gibón de Manos Blancas”, se afirma en uno de los documentos —que no es de dominio público— enviado a la Corte Suprema, firmado por los intelectuales Eugenio Raúl Zaffaroni y Nadia Espina. Durante el invierno es mantenido en su celda.

Storymap de Sandai, que muestra el hábitat de los orangutanes de Borneo y su actual sitio de cautiverio.

El orangután de Borneo viendo a las personas que lo "visitan"

Sandai, en su habitáculo, observando a las personas.

Sandai, en su habitáculo, observando a las personas.

Sandai, detrás del vidrio de su habitáculo, mirando a las personas que lo "visitan".

Sandai, detrás del vidrio de su habitáculo, mirando a las personas que lo "visitan".

Persona no humana en Chile

El martes 26 de julio, la Fundación Justicia Interespecie interpuso el primer recurso de amparo a favor de un animal no humano en Chile. Esta acción buscó trasladar al orangután de Borneo al Santuario de Grandes Primates brasileño. Para lograr esta “hazaña”, se intentó que la justicia chilena declarase a Sandai como una persona no humana, por ende, sujeto de derechos establecidos en la Constitución.

El recurso, respaldado por expertos de derecho animales internacionales y nacionales, fue presentado en la Corte de Apelaciones de San Miguel, en contra del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG)  y del Parque Zoológico Buin Zoo. En el habeas corpus se abordó la vulneración de los derechos constitucionales de Sandai, entre ellos la libertad individual, la no tortura y el derecho a la vida, de los cuales el animal no humano es titular.

Al día siguiente del ingreso del recurso llegó la respuesta de la Corte de Apelaciones de San Miguel, la cual está integrada por la ministra Dora Mondaca, el ministro suplente Marcelo Ignacio Ovalle y la abogada integrante Yasna Bentjerodt. La resolución declaró inadmisible el habeas corpus interpuesto por la fundación y no advirtió la vulneración de derechos fundamentales.

Los esfuerzos no se agotaron aquí, la ONG Justicia Interespecie presentó un recurso de apelación a la Corte Suprema con el propósito de que se dictamine la admisibilidad del recurso de amparo.

La audiencia se realizó el miércoles 10 de agosto, instancia dónde el máximo tribunal confirmó la resolución de la Corte de Apelaciones. En la respuesta enviada citaron a la Real Academia Española para argumentar que Sandai no puede ser considerado como persona. “(…) que el artículo 19 de la Constitución, refiere que la Constitución asegura a las personas, y de conformidad con lo establecido en el diccionario de la Real Academia Española, persona es todo individuo de la especie humana”, se publicó en el Diario Constitucional.

“Es impresentable que una Corte Suprema copie la definición de persona y lo pegue en el veredicto, en la sentencia”, afirma la activista por los derechos de los animales, Soledad Robledo.  Además, “ellos saben perfectamente que la palabra persona jurídicamente tiene diferentes acepciones. Por ejemplo, a la empresa le decimos persona jurídica y no es una empresa que se mueve con manos y pies”, agrega. 

Extracto de la entrevista a Soledad Robledo, quien nos manifiesta sobre la resolución de la Corte Suprema.

El órgano judicial ordenó al SAG tomar las medidas necesarias para fiscalizar que Buin Zoo tenga en buenas condiciones a Sandai, de acuerdo a la normativa legal. “En específico, el que la privación de su libertad no le ocasione sufrimiento y alteración de su normal desarrollo, verificando que se cuente con las instalaciones adecuadas para su especie, evitándose todo maltrato y deterioro de su salud”, se detalla en el documento.

Ante este desolador panorama, la abogada animalista, Celeste Jiménez, comenta que “decir que el animal es alguien, no algo, nos empuja hacia la consideración de persona”, un punto que es rechazado por los organismos judiciales.

Además, “no está prohibido a los jueces llegar a esta conclusión mediante un fallo. El gran problema es que los jueces se quedaron con lo que está escrito en la ley, y con qué persona es el humano”, agregó segundos más tarde.

Celeste Jiménez, activista y abogada. Da su opinión respecto a la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de San Miguel.

A pesar de la medida que dictó la Corte Suprema, las activistas no miraron con buenos ojos el veredicto. “No me cabe duda que él —Sandai— hubiese estado mil veces mejor en un lugar donde esté libre, donde no esté la gente tocándole el vidrio, ni sacándole fotos”, comenta Soledad Robledo.   

Soledad Robledo, activista animalista. Comenta sobre la situación diaria que enfrenta Sandai en Buin Zoo.

Tras el veredicto, las activistas confesaron que los integrantes de la ONG Justicia Interespecie tuvieron que reflexionar sobre cuáles serían los pasos a seguir: si continuar o abandonar la causa de Sandai después del rechazo del recurso de amparo. La decisión fue seguir luchando por Sandai, pues desean que esté lo más libre posible.

“El recurso de amparo llegó hasta ahí, pero si hay otras opciones —para seguir—. Ahora se integraron abogadas y abogados que antes no estaban, y que son expertos en áreas que antes no teníamos abordadas muy bien”, comenta Catalina Ibaceta, respecto a la manera de proceder que le depara a la ONG.

La activista nos cuenta los pasos a seguir que contempla la Fundación respecto al caso de Sandai.

Línea del tiempo sobre el proceso judicial de Sandai.

Sandai observando a los visitantes del Buin Zoo

Sandai apegado al vidrio para mirar a las personas.

Sandai apegado al vidrio para mirar a las personas.

Sandai caminando dentro de su habitáculo. Se dirige en dirección a las personas que lo "visitan".

Sandai caminando dentro de su habitáculo. Se dirige en dirección a las personas que lo "visitan".

Personas no humanas reconocidas en Latinoamérica

A pesar de que el caso de Sandai es el primer recurso de amparo interpuesto por un animal no humano en Chile, esta iniciativa judicial se ha replicado desde antes en otros países de Latinoamérica.

Por ejemplo, el caso de la chimpancé Suiza, que en 2005 se convirtió en el primer animal del mundo en ser reconocido como sujeto jurídico en una acción legal. Ella vivía sola en un Zoo de la ciudad de Salvador, en el Estado de Bahía, Brasil.

Sin embargo, cuando se iba a dictar la sentencia de su caso, Suiza murió envenenada durante la noche. La autorización para su liberación, y transferencia a un santuario, ocurrió un día después de que fuese encontrada asesinada en su jaula. Una tragedia que le arrebató la posibilidad de acercarse a la vida que merecía. Pues, murió en las rejas que la mantenían cautiva.

Otro caso es el de la orangutana Sandra, nacida el 14 de febrero de 1986 en el zoológico de Rostock, en lo que entonces era la República Democrática Alemana. Al igual que Sandai, fue trasladada a Latinoamérica, específicamente al entonces Zoológico de Buenos Aires, Argentina, ahora llamado Ecoparque.

Tras una larga batalla judicial que acusó que la orangutana no contaba con las condiciones mínimas en el zoológico que la mantenía en cautiverio. En 2015, la justicia argentina la reconoció como sujeto de derecho, persona no humana y sintiente. Actualmente, se encuentra en una reserva en Florida, Estados Unidos. 

Suiza en cuclillas mirando a la cámara.

Chimpancé Suiza.

Chimpancé Suiza.

Sandra con una revista en sus manos, junto a una canasta con comida.

Sandra, orangutana de Borneo.

Sandra, orangutana de Borneo.

Sandai, detrás de las rejas de su habitáculo, lanzando una bandeja de metal.

Sandai, detrás de las rejas de su habitáculo, lanzando una bandeja de metal.

La influencia del activismo animalista

Mientras el dueño de Buin Zoo, Ignacio Idalsoaga, da conferencias en televisión nacional para hablar de las especies que mantiene en encierro, las fundaciones que lideran la lucha de Sandai deben difundir y visibilizar su postura animalista lejos de la agenda pública, en específico, en redes sociales, talleres educativos y a través de activaciones en terreno. 

Dicha diferencia se debe a que “la realidad de los animales es tan dramática en todo el mundo, pero es invisibilizada por los medios de comunicación”, sostiene Soledad Robledo, pues señala que los propietarios de los medios de comunicación se financian a través de publicidad de las industrias que explotan a los animales, como los zoológicos, la industria agropecuaria o laboratorios que experimentan con animales. 

Soledad Robledo, la directora del área de activismo y educación de la Fundación Justicia Interespecie, da su opinión respecto a la realidad que enfrentan los animales.

Además, “no hay información. Nadie sabe lo que pasa al interior de los mataderos, laboratorios de experimentación animal ni en los zoológicos”, agrega Robledo. Lo que refuerza la burbuja de ignorancia y crea la primera barrera de empatía.  

La activista comenta sobre el desconocimiento que existe sobre las industrias que utilizan a los animales para sus propios fines.

De hecho, “muchas personas se cierran porque no quieren saber esa realidad. Si lo saben, les va a incomodar y los va a, de alguna manera, obligar —cambiar— su comportamiento”, dice la activista. Por lo tanto, opera como un mecanismo de defensa para no tomar conciencia.

La activista expone que muchas personas no quieren darse cuenta de les sucede realmente a los animales.

Por esta razón, los animalistas despliegan sus herramientas e intervenciones en aplicaciones como Instagram, en conversatorios y en terreno. Pues, apuestan a la educación, ya que “la misión de los activistas es visibilizar la causa”, dice Robledo, y para hacerlo es necesario hablar de los animales y su dolencia.

La activista menciona el rol de los activistas en la causa animal.

A pesar de ello, “nuestro alcance seguirá siendo pequeño”, afirma Ibaceta. “Él —Ignacio Idalsoaga— no va a entregar a Sandai por esa presión ciudadana, tendría que ser masiva para que pasara eso, pero en este momento no da”, agrega con pesar. 

Catalina Ibaceta, integrante de Movala Chile y la Fundación Justicia Interespecie, nos manifiesta el alcance que tienen los activistas para dar a conocer los casos.

La segunda barrera está relacionada con la información errónea que se esparce por redes sociales, a esa clase de opiniones que desvirtúan, con o sin intención, al hecho real.

En el caso de Sandai, habían ciertos grupos de personas que defendían el cautiverio del individuo, ya que creían que el animal no humano sería enviado a su ambiente natural. Esto, según nos confesaron Robledo e Ibaceta, es imposible, puesto que siempre ha vivido en zoológicos.

“Cuando anunciamos el recurso, había harta gente que posteaba “¿para qué?” y “si está bien ahí —en Buin Zoo—”, recuerda Catalina Ibaceta. A estas opiniones se le sumaba el antecedente de que algunos eran padrinos o madrinas de Sandai en el zoológico, por lo tanto, podrían tener un vínculo distinto con el orangután.

Catalina Ibaceta, integrante de Movala Chile. Nos habla de los comentarios que han recibido por la lucha de Sandai.

Pero como se mencionó, el activismo y la educación son formas de lucha y visibilización, las cuales pueden cambiar la vida de un ser vivo.

Activistas formando la frase "save Sandai" con sus cuerpos.

Activistas formando "save Sandai" con su cuerpo. Fotografía obtenida de la Fundación Justicia Interespecie.

Activistas formando "save Sandai" con su cuerpo. Fotografía obtenida de la Fundación Justicia Interespecie.

Activistas en la playa formando "liberen a Sandai" con sus cuerpos.

Activistas formando "liberen a Sandai" en la orilla de la playa. Fotografía obtenida de la Fundación Justicia Interespecie.

Activistas formando "liberen a Sandai" en la orilla de la playa. Fotografía obtenida de la Fundación Justicia Interespecie.

Charla sobre Zoos y del caso de Sandai en el congreso.

Charla educativa en el congreso. Fotografía obtenida de la Fundación Justicia Interespecie.

Charla educativa en el congreso. Fotografía obtenida de la Fundación Justicia Interespecie.

Activistas en la calle con carteles que dicen "liberen a Sandai".

Activistas pro Sandai en terreno. Fotografía obtenida de la Fundación Justicia Interespecie.

Activistas pro Sandai en terreno. Fotografía obtenida de la Fundación Justicia Interespecie.

Activismo en terreno a favor al recurso de amparo presentado para Sandai. Registro audiovisual obtenido de la Fundación Justicia Interespecie.

Activismo en terreno a favor al recurso de amparo presentado para Sandai. Registro audiovisual obtenido de la Fundación Justicia Interespecie.

Si te sientes interesado/a en la causa de Sandai, te invitamos a seguir informandote con las redes sociales de Justicia Interespecie y Movala Chile.

Logo de Movala Chile

Sandai, detrás de las rejas de su habitáculo, gritando.

Sandai, detrás de las rejas de su habitáculo, gritando.